viernes, 17 de junio de 2011

Las revoluciones no se inventan: los trabajadores egipcios


Celso Tzontecomani

Ante la sorpresa que en occidente causó la revolución democrática en Medio Oriente y en particular en Egipto, algunos intelectuales y periodistas han debido recordarnos que “Las revoluciones no surgen de la nada. No tenemos mecánicamente una mañana en Egipto porque ayer hubo una en Túnez. No es posible aislar estas protestas de los cuatro últimos años de huelgas de trabajadores en Egipto o de eventos internacionales como la intifada y la invasión de Iraq”, como lo hizo en entrevista para la cadena Al-Jazeera el periodista Hossam el-Hamalawy (Mario Hernández, El movimiento obrero egipcio, Rebelión, http://www.rebelion.org/). En efecto, las revoluciones no surgen de la noche a la mañana o espontáneamente. Por ejemplo, entre 2004 y 2009 hubo más de 3 mil protestas de trabajadores en Egipto, aunque algunos consideran que este dato subestima “las protestas políticas egipcias tanto en escala como por las consecuencias”, como Joel Beinin, profesor de la Stanford University, que afirma que la agitación obrera de Egipto es“…el mayor movimiento social del mundo árabe desde la Segunda Guerra Mundial”. Aproximadamente un 28% de la fuerza de trabajo egipcia está sindicalizada y la mayor parte de sus miembros son trabajadores del estado (David Macaray*, Counterpunch http://www.counterpunch.org/ Traducción de Ana Maria Garriga www.sinpermiso.info. *dramaturgo de Los Ángeles, autor de “Nunca ha sido fácil: ensayos sobre el sindicalismo moderno”. Fue presidente de la unión sindical AWPPW Local 672 durante 9 mandatos). En contraste la sindicalización en los EU es del 12.4% y en México a penas llega al 10%; incluyendo charros, sindicatos blancos y contratos de protección.

También la embajada norteamericana vio con sorpresa lo que ocurría: "... ha irrumpido una nueva fuerza orgánica de oposición que desafía etiquetas políticas y aparentemente no está relacionada con los Hermanos Musulmanes. Esto puede forzar al Gobierno a cambiar su guión...”. En esos términos se expresó, con relación a la huelga de las fábricas de Mahalla el 6 de abril de 2008 y no se equivocó porque desde aquella huelga las manifestaciones en Egipto son casi constantes y en aquella huelga nació el movimiento civil y juvenil “6 de abril” (Mahalla: ¿incidente aislado o punta del iceberg? Olga Rodríguez, Viento Sur, http://www.vientosur.info/).

El movimiento sindical egipcio es muy joven. Hasta 1942 se legalizaron los sindicatos y en 1952 (cuando la monarquía fue derrocada) se permitió la formación de federaciones y posteriormente la formación de una “confederación nacional del trabajo”. (David Macaray, Counterpunch). Pero casi no existen sindicatos independientes.

Los trabajadores fueron muy reprimidos en los años 80 y 90, la policía utilizó munición de guerra contra huelguistas en 1989 en las plantas siderúrgicas y en 1994 en las huelgas de las fábricas textiles. Pero las grandes protestas de los trabajadores industriales en 2004, de las empresas estatales y ex estatales del Delta del Nilo encendieron la mecha. Desde entonces no ha pasado una semana sin que se produjeran decenas de protestas. A partir de diciembre de 2006 se viven las mayores y más sostenidas huelgas desde 1946. Hubo manifestaciones que reunieron más de 10.000 trabajadores. En 2006 se produjeron 227 huelgas en todo el país; en 2007 se elevó a 580 (Mario Hernández, El movimiento obrero egipcio).

La huelga de Kafral-Dawwar en febrero de 2007 se sostuvo varios días y una huelga en la fabrica textil de Abu-Makaram, en la ciudad de Sadat, duró 3 semanas (54 dólares mensuales era el salario; 720 pesos). La segunda huelga de Mahalla, de septiembre de 2007, duró seis días.

En los 3 primeros meses de 2008 se realizaron 389 huelgas y protestas. El resultado de esas luchas fue que se crearon dos sindicatos independientes, los primeros desde 1957, el de los cobradores de contribuciones de bienes raíces, que incluye a más de 40.000 empleados públicos y el de los técnicos de la salud, más de 30.000. En abril de 2008 se realizó una huelga general contra el alza del pan, del costo de vida y por aumentos de salarios. En esta ocasión irrumpen por primera vez los jóvenes a través de Facebook y de Twiter en solidaridad con los trabajadores y sus reivindicaciones, los llamados “Jóvenes del 6 de abril” (Mario Hernández, El movimiento obrero egipcio).

En 2010 los tribunales dieron la razón a quienes demandaban actualizar el salario mínimo fijado desde hace décadas en 35 libras (unos 7 dólares; 84 pesos). El gobierno propuso 400 libras. Los demandantes exigían $1,200.

Al calor de la movilización iniciada el 25 de enero de 2011 se reunieron “el sindicato de los empleados de los impuestos de propiedad de la tierra, el sindicato de los técnicos de la salud, la asociación independiente de los profesores, así como varios grupos independientes de obreros de la industria, representantes de distintas empresas”, para fundar la Federación de los Sindicatos Independientes de Egipto, el 30 de enero. En su declaración señalan que “a pesar de no contar con sindicatos independientes, durante los últimos cuatro años [los trabajadores] han defendido sus derechos y han sido capaces de atraer a sectores sociales más amplios y de ganar simpatía en la sociedad”. Afirman que esa “lucha abrió la vía en Egipto a la actual revolución del pueblo” y rechazan “que la “gubernamental” Federación General de los Sindicatos los represente y hable en su nombre”. Advierten que “para que se obtengan las exigencias de la Revolución del pueblo y la juventud iniciada el 25 de enero de 2011”, es necesario se cumpla lo siguiente: “el derecho al trabajo debe ser garantizado y respetado por el Estado”... “Salario mínimo de 1,200 libras egipcias [150 euros; 2,550 pesos], con aumentos anuales”… “Derecho a indemnizaciones por daños debido al ambiente y los riesgos del trabajo”... “El salario máximo no debe superar en diez veces al salario mínimo”… “Derecho a protección social, a la salud, al alojamiento y a la educación gratuita científica y tecnológica”... “Derecho de los jubilados a una pensión con todos los bonos y primas”... “Derecho a organizarse en sindicatos independientes”... “La liberación de todas las personas detenidas desde el 25 de enero” (www.alencontre.org/, Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa). Habrá notado el lector que los trabajadores egipcios demandan justo lo que hoy el PRI trata de arrebatarnos a nosotros con su propuesta de reforma a la Ley Federal del Trabajo.

Desde el principio los trabajadores participaron en las protestas, pero fue el gobierno quien paralizó la economía con el toque de queda, el cierre de los bancos y de las empresas. Cuando el gobierno intentó reactivar la economía los trabajadores volvieron a las fábricas, discutieron sobre la situación y comenzaron a organizarse y a actuar. El domingo 6 de febrero con la vuelta al trabajo, se inician las huelgas. En Suez más de 2,000 trabajadores exigieron su derecho al trabajo. En Mahalla, más de 1.500 trabajadores de la empresa Abu El-Subaa cerraron la carretera, para exigir el pago de sus salarios. Otros 2.000 empleados de la farmacéutica Sigma, en Quesna, se declararon en huelga por mejores salarios. En El Cairo, más de 1.500 trabajadores de la limpieza demandaron aumento de salario y contratación indefinida y los trabajadores de las telecomunicaciones también fueron a la huelga. Alrededor de 1.000 obreros de la fábrica de cemento de Lafarge en Suez fueron a la huelga por la formación de un sindicato y en apoyo a la revolución. El mismo domingo 6, Hossam el-Hamalawy, periodista y bloguero egipcio del sitio 3arabawy informó que "Una planta siderúrgica en Suez, una fábrica de fertilizantes y otra textil en huelga han echado a sus gerentes y están autogestionando su empresa.”

El martes 8 profesores universitarios marcharon en apoyo a la revolución, uniéndose a los manifestantes de la Plaza Tahrir. El miércoles 9, los periodistas se reunieron en la sede de su sindicato, demandando la destitución de su dirigente. El personal técnico del ferrocarril en Bani Suweif hizo huelga. Por lo menos dos fábricas de producción militar en Welwyn también y miles de trabajadores petroleros protestaron. Los trabajadores del metal y el acero en Helwan, convocaron a una gran marcha para el viernes 11 hacia la Plaza Tahrir, demandando la inmediata salida de Mubarak; confiscación de la fortuna y las propiedades del régimen; creación de sindicatos independientes; recuperación de empresas del sector público y llamamiento a una Asamblea Constituyente. Los trabajadores de la Compañía del Canal de Suez de las ciudades de Suez, Port Said e Ismailia ocuparon las instalaciones demandando aumento salarial y mejoría de las condiciones sanitarias (Mario Hernández, El movimiento obrero egipcio).

Hosni Mubarak cayó el 11 de febrero, dos días después de la generalización de las huelgas. No obstante, los trabajadores siguieron con sus huelgas y ocupaciones. El sábado 12 de febrero, 4.000 obreros de los almacenes del este del Delta (Ismailiya, Mansoura, Suez, Port Said) se declararon en huelga por un aumento salarial del 70% y ajustar todos los salarios a los del CDI (Contrato de Duración Indeterminada) y la salida del director financiero. Los 1.200 empleados de la azucarera de el Fayoum hicieron huelga por incremento a sus salarios, reintegrar a los despedidos y juzgar a los directivos corruptos (La Breche, 14-2-11, www.alencontre.org/, Traducción de Ernesto Herrera - Correspondencia de Prensa).

En cuanto quedó a cargo del gobierno el Consejo Supremo prohibió las huelgas, pero su exigencia no conmovió a los trabajadores. Por ejemplo, los obreros de la fábrica más grande de Egipto “Compañía Hilos y Tejidos de Egipto” (que emplea a 24.000), en Mahalla, una de los mayores complejos industriales del Medio Oriente, sostuvieron la huelga desafiando las advertencias de la junta militar de que no tolerará más protestas, alrededor de 15.000 trabajadores (AFP, Rebelión, Uruknet, www.uruknet.info), pero era imposible acercarse a la fábrica; los militares cortaron la circulación. Trataban de aislar la protesta, pues no olvidan que fue en Mahallah donde nació el 6 de abril de 2008 el movimiento que llamó a manifestarse el 25 de enero (Katherine Manca, desde El Cairo, Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), Francia, 26-2-11, http://www.npa2009.org/, Viento Sur, http://www.vientosur.info/, Traducción de Faustino Eguberri). Las huelgas se multiplicaron. Siguieron movilizados los trabajadores de los ministerios, incluido el del Petróleo, de la Salud y la Cultura, reclamando mejora salarial y la salida de los altos funcionarios corruptos. Hicieron paros, protestas y ocupaciones de sus instalaciones por mejoras en sus condiciones de trabajo los obreros textiles, ferroviarios, de telecomunicaciones, de correo, bancarios, maestros, petroleros, del aluminio, farmacéuticos y del Canal de Suez (La Breche, 17-2-11).

Después de rechazar un aumento de 11%, los 10.000 empleados de Correos prosiguieron su huelga. Miles de asalariados de la petroquímica y el Ministerio de la Agricultura, continuaron sus huelgas para obtener el reembolso de las diferencias salariales con los CDD (Contrato de Duración Determinada). 9.000 obreros de la fábrica de aluminio de Naga Hamadi amenazaron con la huelga si el gerente ejecutivo no era suspendido y juzgado. Los 1.500 trabajadores del hospital público de Kafr el Zayat levantaron la ocupación el 11 de febrero, al lograr la dimisión de dos directores, el pago de salariales atrasados, y la contratación del CDI (La Breche, 14-2-11).

Miles de trabajadores en los transportes públicos protestaron en el-Gabal el-Ahmar, los eventuales en Helwan Steel Mills también. Los técnicos del ferrocarril siguieron deteniendo los trenes. Miles de obreros en el-Hawandiya Sugar Factory protestaron y los del petróleo fueron a la huelga por reivindicaciones económicas.

En el sector de la industria química y farmacéutica, 1.000 trabajadores, en Shubra, El Cairo, se declararon en huelga el 27 de febrero. 300 trabajadores en una empresa de lino, entraron en huelga exigiendo el pago de salarios atrasados, mejora salarial y los días de vacaciones como la ley establece (La Breche, 2-3-11, www.alencontre.org/, Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa).

Finalmente, por el momento, el viernes 25 de febrero se constituyó una coalición que reúne “a un grupo de dirigentes obreros” con el fin de “reafirmar los principios revolucionarios en favor del cambio, la libertad y la justicia social”. Ratificaron su adhesión a la Revolución del 25 de enero cuyo lema es: “Cambio, Libertad, Justicia social” y propusieron integrar un Consejo Presidencial Civil para dirigir la transición y formar otro gobierno constituido de órganos nacionales competentes y completamente independientes del régimen actual. Levantar de inmediato el Estado de Urgencia. Liberar inmediatamente a todos los presos políticos. Desmontar el aparato de información y seguridad del Estado. Llevar a juicio a las figuras que simbolizan la corrupción y recuperar las riquezas que se confiscaron. Libertad sindical y salarios equitativos, derecho a la seguridad social y a los seguros de enfermedad, derecho a la educación y a la vivienda, derecho de huelga y de resistencia colectiva. (La Breche, 2-3-11, www.alencontre.org/, Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa).

Miles de trabajadores de todos los sectores continuaron haciendo huelgas para exigir salarios atrasados, aumento del salario mínimo, la creación de sindicatos libres, la recuperación o autogestión de empresas públicas que fueron cerradas o vendidas, y su nacionalización. Desde 2004 Egipto vivió más de 3.000 protestas de trabajadores. Esta revolución mostró que no todos los musulmanes son islamistas, que hay islamistas demócratas, árabes que no son musulmanes y musulmanes que desean estados laicos y que en Medio Oriente también hay obreros, hombres y mujeres, con demandas sociales e ideales progresistas y laicos, incluso socialistas, comunistas o ateos (Olga Rodríguez, Viento Sur, http://www.vientosur.info/).

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