viernes, 14 de octubre de 2011

Al Filo, octubre 2011

Al Filo Octubre 2011

Las tres fuentes y las tres partes de la oligarquía mexicana

Héctor Mora Zebadúa*

En el punto más alto de la pirámide social, destaca un pequeño grupo de multimillonarios que encabeza económicamente al empresariado mexicano, le dan identidad y lo dirigen políticamente: “la oligarquía”.

Estos señores orientan políticamente a los grandes empresarios y como consecuencia al resto de los empresarios mexicanos, es decir, al conjunto de la burguesía. Son ellos, mediante su poder económico, sus relaciones con la jerarquía de la iglesia católica y sus relaciones con los partidos políticos, quienes promueven candidatos a puestos de elección popular y de ser necesario los imponen financiado y apoyando fraudes electorales y golpes de estado.

Piden, exigen y dictan políticas económicas a los gobiernos: federal y estatales. Pero desde hace muchos años los dueños de México están divididos en cuanto a cómo desarrollar al país, qué hacer con México, cómo resolver la prolongada crisis económica, que se ha convirtiendo en crisis social y en tres importantes momentos de nuestra historia reciente en grave crisis política: 1988 cuando Cuauhtémoc Cárdenas ganó las elección para la presidencia de la república y el grupo tecnócrata (neoliberal) del PRI improvisó un fraude para imponer en la presidencia a Carlos Salinas; en 1994 cuando los enemigos del grupo de Carlos Salinas conspiraron para sacarlo del poder y asesinaron a su candidato a la presidencia Luis Donaldo Colosio; y la crisis político-electoral de 2006.

En la oligarquía mexicana pueden reconocerse tres grupos o tendencias que se superponen y entrecruzan, sus miembros son socios de uno u otro grupo en alguna empresa y enemigos en otras y sus posiciones políticas cambian de a cuerdo a sus intereses, equilibrios, oportunidades y convicciones ideológicas (como todas las personas). Las diferencias, disputas y desacuerdos entre los dueños de México se agudizan en ciertos momentos y no han dejado de crecer en razón a sus diferencias ideológicas, a la competencia que entre ellos se da y a la posición en la que les toca jugar en el capitalismo global.

Un sector del empresariado mexicano se sumó a la elite oligárquica gracias a la aplicación de las políticas neoliberales por los gobiernos de Salinas y de Zedillo. Las privatizaciones (de empresas y de sectores económicos), la concentración del ingreso, el retiro de subsidios, la apertura de nuestra economía, el despido masivo de trabajadores y la destrucción de sindicatos y contratos colectivos, fueron las palancas que los convirtieron en megamillonarios.

No se trata de grupos militantes o tendencias políticas sino de agrupamientos más o menos abiertos y laxos, pero que tienen una médula que les da identidad. Los tres grandes grupos que podemos identificar entre los oligarcas son: los del centro sur, los herederos del grupo Monterrey y el grupo de Carlos Slim.

El grupo del centro-sur. Los empresarios que se formaron y crecieron al amparo de los gobiernos priístas y su cultura de clientelismo y corrupción. Viven de los negocios con el gobierno federal y los gobiernos estatales, muchos poseen monopolios locales o regionales, su área de acción principal es el mercado nacional, aunque también exportan y compiten en el exterior. Suelen ser de tendencias priísta porque ese tipo de gobiernos son garantía de negocios, de corrupción y de violar las leyes con total impunidad.

Siempre han apoyado y usado al charrismo priísta como mecanismo de control, pues asumen que cuesta, pero es eficiente y útil, lo consideran un mal necesario.

El grupo del norte (los herederos del grupo Monterrey), es el más antiguo y con mayor identidad. Nació y creció de manera independiente al gobierno central. Aprovechó la corrupción priísta y pago su cuota, pero siempre se mantuvo independiente. Antes de la apertura económica algunos de ellos ya tenían muchos años compitiendo en el extranjero y ya no dependían del mercado nacional, que por lo tanto no es su prioridad. Para ellos es más importante mantener bajos costos de producción pagando salarios muy bajos y prestaciones ínfimas, en buena medida porque sus empresas se convirtieron en monopolios es sus ramos industriales. Sienten un profundo desprecio por sus competidores nacionales porque nacieron y crecieron bajo el cobijo del gobierno, porque no se internacionalizaron como ellos y porque son poco eficientes.

Son muy católicos y su visión del mundo es muy derechista. Están convencidos de que este país ellos lo construyeron y lo hicieron grande y que el priísmo jacobino-izquierdista y los empresarios que formó les han robado todo el tiempo. Nunca dejaron a la CTM entrar en sus territorios y empresas, construyeron sus propios sindicatos para controlar a los trabajadores, crearon sus propias centrales sindicales y aplicaron como quisieron y lo que quisieron de la Ley Federal del Trabajo. En algunas ocasiones otorgaron más beneficios a sus trabajadores que lo que conseguían aliados la CTM y gobierno federal, pero siempre dejando claro a los trabajadores que todo beneficio proviene del patrón y su bondad, nunca de la rebeldía o de la organización de los trabajadores.

El grupo de Slim, es de nuevos supermillonarios que amasaron grandes fortunas gracias al neoliberalismo y sus privatizaciones. De hecho, en todo el mundo no hay una persona que se haya beneficiado más con el neoliberalismo que Carlos Slim, que paso de ser un hombre rico o muy rico al más rico del mundo.

Es un grupo independiente del gobierno y del PRI, también tiene su propio sindicalismo (democrático e independiente), aunque es más tolerante con la presencia de las centrales priístas. Además de hacer su fortuna gracias a las políticas del gobierno es cliente y socio del gobierno, pero como participa en sectores muy tecnológicos y exportadores compite también a nivel global, con éxito. Tiene presencia en el sector industrial y en el de servicios a la industria y al consumidor final.

Son menos conservadores y ven como una necesidad la democratización y modernización del país. Le deben mucho al PRI, pero desprecian a los priístas por ignorantes, incompetentes y corruptos. Su discurso es de tendencia socialdemócrata y no están de acuerdo ni con el nacionalismo priísta ni con los fundamentalismos de la derecha, pero, como los demás, hacen negocios con todo mundo. Aunque no está excluido de la política y del aparato de gobierno nunca ha podido tener el control, en cambio sus competidores los bárbaros del norte ya lo tuvieron dos sexenios y los del centro-sur muchos sexenios.

Cuando los del norte rompieron definitivamente con el priísmo, cayeron en los brazos del opus dei, de los caballeros de Colón, de los legionarios de cristo de Marcial Maciel, de los Tecos, de El Yunque y de cuanto grupo fundamentalista de derecha se les acercó. Pero de todos ellos el único con sentido político, militancia y, dentro de su radicalismo, pragmático, fue el yunque, que les vendió la idea de meterse en la política, en particular apoderarse del PAN. Promovieron a los bárbaros del norte que crearon el nuevo PAN: dispuesto a la lucha frontal, a la resistencia civil, proclive a la movilización, echado pa’delante. Fueron con Maquío por la presidencia de la república en 1988 y prefirieron convalidar el fraude electoral y la llegada del salinismo al poder, antes que permitir que el hijo del demonio, el General Lázaro Cárdenas, gobernara el país. El asalto al poder del salinismo los perjudicó, pero se les indemnizo con parte del pastel que Salinas robo para sus patrones.

Al mismo tiempo hubo otro rompimiento en la oligarquía. Un grupo empujaba la candidatura de Salinas pues iba tras los negocios que el neoliberalismo prometía otorgarles en forma de privatizaciones y otro grupo veía las privatizaciones como algo peligroso y presentía que estaría excluido, este último grupo apoyó tibiamente la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas, pero ante el fraude recularon. El grupo se diluyó, fue acosado, saboteado y perseguido, al tiempo que sus integrantes fueron invitados a recibir parte de las migajas del furor depredador en que se convirtió la política salinista.

Para el 94 eran Cuauhtémoc y los ciudadanos que lo apoyaban contra todos. En ese año, un sector de la oligarquía decide deshacerse del grupo salinista, ante el fracaso de la vía electoral y el peligro de la insurrección zapatista (no tanto como fuerza, sino como representación de los anhelos de muchos mexicanos) los norteños apoyan la acción y los salinistas, como Slim, Roberto Hernández y otros quedan paralizados de miedo o algo más.

El operativo consistió en matar al candidato que daría continuidad, meter preso al hermano regenteador, matar al cuñado operador y exiliar a Salinas. El gobierno de Zedillo terminó la obra de Salinas pero menos autónomo y menos ladrón e intentó la reconciliación. Pero no hubo. La crisis económica prolongada impedía crecer, la población se empobrecía y crecía su inconformidad al tiempo que se achicaba el mercado interno, la disyuntiva seguía presente: qué hacer.

Los norteños capitaneados y dirigidos por el yunque decidieron hacerse con el gobierno a toda costa desde el momento en que Cuauhtémoc Cárdenas resurgió de sus cenizas. La misma noche que Cárdenas ganó las elecciones en el Distrito Federal, Fox (instrumento del yunque) apareció en todos los medios diciendo que al día siguiente iniciaba su campaña por la presidencia.

El empuje de los norteños y el yunque convenció a unos y amedrentó a otros. Como los priístas estaban en guerra interna no eran opción y el grupo de Slim aún no surgía, todavía creía que tendría espacio abierto para sus negocios y no le urgía controlar al gobierno federal.

La ola foxista fue como un tsunami, arraso con todo. Los medios de comunicación lo dieron por ganador más de seis meses antes de la elección. La oligarquía se unificó entorno a esa candidatura, la promesa era: no más corrupción priísta, no más negocios con el gobierno con licitaciones tramposas, democracia, libre competencia, no comunismo, se acabo el sindicalismo priísta y los contratos de protección, etc., etc. Pero sobre todo, el cardenismo no llegará al gobierno.

La posibilidad de deshacerse del PRI provocó que políticos cómo Porfirio Muñoz Ledo y otros identificados con la izquierda apoyaran esa candidatura. Incluso la jerarquía católica se unificó en torno a la candidatura de Fox y promovió que las organizaciones laicas y semi-laicas (bajo siglas de asociaciones civiles u ONG’s; unas de derecha y otras de izquierda) que pululan a su alrededor se sumarán al coro por el voto útil, para sacar al PRI del gobierno… pero la rabia no acabó porque no murió el perro.

Los señores del dinero, el yunque y Fox descubrieron que el asunto era más complicado. Se vieron obligados a poyar y apoyarse en charros sindicales priístas, a depender de burócratas y milagreros priístas, pagaron cuotas políticas y económicas a los perdedores y se lanzaron a la corrupción con desenfreno y lujuria, pero sin cumplir ninguna de las promesas. El gobierno foxista se aisló, el yunque entró en crisis invadido por oportunista y Fox se deprimió y enloqueció.

El triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones del 2000 por la jefatura de gobierno del Distrito Federal, fue el inició de su campaña por la presidencia para 2006 y su romance con un sector de la oligarquía, el de Carlos Slim. Había motivos para el acercamiento: compartían o creían compartir el enemigo (el sector de la oligarquía que apoyaba al priísmo) y la receta para rescatar al país.

Con la llegada de Fox a la presidencia los bárbaros del norte no se empoderaron como se les prometió porque el gobierno fue asaltado por la chusma yunquista (y los miles de recién conversos), fueron mandados a un rincón los aliados de la sociedad civil, del centro y de la izquierda que promovieron el voto útil. Si el yunque logró poner a su mascota en la presidencia, esta y el gobierno le pertenecen al yunque; fue el razonamiento del yunquista.

Casi nadie quería acercarse al PRI, pero con el apoyo de los pocos fieles, sus malas artes y sus gobernadores demostraron en 2003 que su franquicia no estaba agotada.

La situación de la economía nacional iba peor que durante los gobierno priístas, el desempleo masivo-crónico creció y la espiral de violencia del narcotráfico se inicio. En contraste, el gobierno de la Ciudad de México parecía diferente. El Jefe de Gobierno trabajaba de sol a sol y sobre todo promovía obra pública de gran calado, es decir, pese a su discurso izquierdista estaba dando pingües negocios a los grandes empresarios, al tiempo que su política social (subsidios a la pobreza) contribuía a dar estabilidad política y de alguna manera logró acotar a la delincuencia.

Las comparaciones favorecían a López Obrador, tanto por su habilidad y eficiencia como por la incompetencia del gobierno de el yunque. Ello abrió espacio para que López se lanzara a la ofensiva y dictara la agenda de discusión pública a nivel nacional durante seis años. En ese periodo fue el presidente legítimo y real del país, en el sentido político, pero sin el cargo y sus atributos. Su imagen creció como la espuma.

Al mismo tiempo creció y se diversificó el movimiento sindical. En 1997 el SME rechaza la intentona privatizadora del sector eléctrico del gobierno de Ernesto Zedillo, en 1998 se constituye la Asamblea Nacional de los Trabajadores, para oponerse a la reforma a la Ley Federal del Trabajo, en 1999 el SME promueve la constitución del Frente Sindical Mexicano, en 2001 se integra la Promotora de la Unidad Nacional Contra el Neoliberalismo, en 2003 nueve caravanas recorren el país y a su llegada a la ciudad de México se constituye el Frente Sindical, Campesino, Social y Popular, para 2004 se intenta un primer paro nacional en el que participan alrededor de 500 mil trabajadores en todo el país y en 2005 inicia la secuelas del Diálogo Nacional, que arranca bien y luego se va achicando.

Con un gobierno de la alianza PAN-Yunque fracasado y desilusionante, un PRI sin liderazgo y con la peor de las famas, sobre todo la de ineficiente y corrupto, la posibilidad de un gobierno federal encabezado por López Obrador no se veía tan mal. El grupo de Slim y sus amigos y aliados promovieron esa candidatura y otros observaron expectantes, a ratos con miedo a ratos con interés. Pero en su camino se atravesó el trabajo persistente de los cuadros de el yunque, apoyados por algunos megamillonarios radicalmente derechistas como Lorenzo Servitje, a los que se sumaron los enemigos personales de Slim (unos por competencia comercial y otros por odios viejos como Roberto Hernández), los enemigos de AMLO, los rechazados por López Obrador como la Gordillo y sectores priístas temerosos de ser castigados si la promesa democrática se hacía realidad.

Poco a poco en la medida que López Obrador recolectaba apoyo popular y de la clase media la mayoría de la clase política, de los “poderes fácticos” y de la oligarquía se unía en su contra. AMLO cuidó mucho su discurso para no aparecer como radical o izquierdista, pero la campaña difamatoria en su contra hicieron mella, caló sobre todo entre los dueños del país, que por más que AMLO trataba de ofrecerles garantías no logró convencerlos de que no es lo que el yunque y sus corifeos afirman.

Una vez convertido AMLO en el enemigo de los grandes empresarios, gracias a la prestidigitación de los yunquistas, resultó natural que poco a poco la campaña difamatoria y las amenazas veladas y abiertas indujeran de nuevo la unidad, coyuntural, de la oligarquía mexicana. Algunos participaron, otros financiaran y la mayoría convalido el operativo para adoptar a Calderón como candidato, convertirlo artificialmente en el candidato ganador, realizar un fraude electoral, “legalizarlo” a través del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y luego enfrentar unidos la resistencia y oposición de los millones que se sintieron ofendidos por el golpe de estado.

Calderón fue el primer presidente electo en vivir entre el exilio y la clandestinidad. Paso la mayor parte del tiempo, entre agosto y noviembre de 2006 en el extranjero. Permaneció oculto, casi toda su estancia en México, pues dónde se presentaba la gente le gritaba de espurio y usurpador para arriba.

Muy poco tiempo duró la artificial unidad de la oligarquía mexicana. Con el gobierno de Calderón no salió el sol para el empresariado mexicano, pues el tráfico de influencias, las licitaciones tramposas y la corrupción en general siguieron.

La división volvió a profundizarse cuando los efectos de la delincuencia desatada alcanzaron de manera pública a grandes empresarios. Muchos se habían quejado de la inseguridad pero no habían trascendido; los casos de los hijos de Alejandro Martí y de Nelson Vargas se convirtieron en emblemáticos y representativos de una situación que a toda la sociedad afecta.

La gran burguesía mexicana pagó la campaña de Calderón, convalido y apoyó el fraude y apoyó al nuevo gobierno e incluso se creyó la necesidad de hacer la guerra a las bandas del narco. Pero a cambio recibió nada.

Los priístas recuperaron el apoyo de un sector de grandes empresarios. Decidieron, impulsar desde ya la candidatura del relevo, tratar de repetir el método empleado para imponer en la presidencia a Fox: crear un ambiente de aparente unanimidad, convertirlo en ganador (darle esa imagen) desde antes de la elección, acostumbrar a la gente a su presencia e imponerlo con un fraude tan aplastante que nadie preste oídos a alguna denuncia. Peña Nieto fue el seleccionado. El grupo promotor y los patrocinadores fueron ganando credibilidad por la sobreexposición de Peña en los medios, por la mano dura usada contra el movimiento de San Mateo Atenco y sobre todo por el fracaso del gobierno de Calderón.

Los amos del norte no confían en el PRI, por más que jure haber dejado sus tendencias jacobinas y para mostrarlo se aliara con el sector más conservador de la jerarquía católica e impusiera reformas misóginas que penalizan el aborto como delito en diez y siete entidades de la república. Y el grupo de Carlos Slim, simpatiza menos con esa candidatura, toda vez que sus promotores más visibles son quienes le impiden entrar al mercado de la televisión, usando para ello al gobierno de Calderón.

Prevalecen las tres visiones de la oligarquía sobre el qué hacer con México y a quién encargarle el trabajo. El grupo del centro del país, más afín al regreso del PRI espera hacer su agosto con un gobierno encabezado por Peña Nieto. El grupo del norte no apuesta a Peña Nieto, le teme al PRI, ya no confía mucho en los consejos de los yunquistas, pero su vocación anticomunista, extremista y autoritaria sigue incólume. Un sector de los barbaros del norte prepara como candidato de repuesto al gobernador de Nuevo León, con la misma estrategia empleada con Peña Nieto. Pero otros prefieren mirar o influir en la evolución de las cosas en el PAN, donde compiten personajes promovidos por diversos grupos con el propósito de ganar patrocinadores y luego la elección interna. Son tres los finalistas, Vázquez Mota, Creel y Ernesto Cordero, el delfín de Calderón. El candidato más próximo al yunque es Creel, pero Josefina podría ser una buena opción para vencer al candidato del grupo de Calderón, quién ofrece y prepara una salida autoritaria para impedir el regreso del PRI y/o una insurrección desde la izquierda ante la frustración por un tercer gran fraude electoral.

Para el grupo de Slim la cosa no pinta bien. Apoyar de nueva cuenta a López Obrador lo confrontaría con sus pares y podría dejarlo con muy pocas o ninguna posición en el gobierno federal, lujo que en ninguna parte del mundo puede darse un magnate, pero en México y otros países rabiosamente corruptos, es casi un suicidio. Siempre tendrá el recurso de copatrocinar a algún candidato, pero si llega tarde este ya tendrá compromisos con otros patrocinadores. Ningún candidato del PAN le apetece porque la política económica no tendría los cambios que este grupo considera urgentes. Además de que este partido se encuentra subordinado políticamente a sus competidores del norte y no cuenta con candidato ganador creíble. Tampoco le place la candidatura de Peña Nieto, por las mismas razones de política económica y porque ese candidato esta subordinado (es mascota) de sus enemigos en las telecomunicaciones.

Para el grupo de Slim hay tres caminos: 1) la resignación limitándose a ser espectador y aportar dinero a la campaña del candidato ganador para ser copropietario del presidente y su gobierno; 2) Buscar o crear su propio candidato en alguno de los partidos o en “la sociedad civil” para ofertarlo a alguno de los partidos y; 3) Aliarse con el ala progresista de la iglesia católica para seguir promoviendo la idea de que es indispensable impedir el regreso del PRI, promoviendo la candidatura de un personaje con imagen progresista, pero no radical ni polarizante y poco polémico y bajo el discurso de paremos al PRI conseguir el apoyo de los señores del norte o de una parte de ellos para construir una alianza entre el PAN y el PRD.

* Sindicalista e investigador independiente del mundo del trabajo.

LAS LECCIONES DEL ESTADO DE MEXICO

Pedro Martínez Salas

Si ves las barbas de tu vecino cortar….

En las pasadas elecciones del estado de México triunfó en primer lugar el abstencionismo con un 57% y en segundo lugar el PRI con un 25% de la votación real. Quienes se abstuvieron no alcanzaron a percibir que su descontento no será tomado en cuenta y facilitaron el triunfo del partido que jamás ha perdido una elección en este estado. Queda claro que el abstencionismo sin una política u objetivo claro, facilita sostenerse en el poder a estas burocracias parásitas.

Se dice que el estado de los mexiquenses es un laboratorio de lo que ocurre a nivel nacional. La afirmación no es gratuita, se trata de la entidad con más electores (10.55 millones, el 13.8% de la lista nominal nacional), es también el de mayor población, 15.2 millones de los 112.3 millones de mexicanos, según el censo 2010, con importantes asentamientos humanos sobre todo en el oriente, asentamientos industriales en su zona norte y poniente, y un territorio aun amplio dedicado a la agricultura.

En un somero análisis, está claro que la población castigó en primer lugar al gobierno de facto de Calderón, de hecho se perdieron 400 mil del millón de votos que el PAN tuvo hace 6 años, la sanción llegó al extremo de que hasta el PRD tuvo más votos que el panismo en el antes llamado cordón azul de la zona norte.

En segundo lugar, castigó al perredismo. No hubo esta vez voto de la esperanza y el primer lugar obtenido con López Obrador se derrumbó.

En tercer lugar, perdón y olvido para el PRI depositándole su confianza al aumentar un millón de votos su votación respecto a la elección anterior para un total de 2.8 millones.

Los chuchos despotrican contra López Obrador responsabilizándolo de los resultados por no haber aceptado la alianza con el PAN. Pero no dicen que sin López Obrador, los grupos de Jesús Ortega, Héctor Bautista, los higinios, etc. ya habían participado en los procesos municipales de 2009 y obtuvieron cien mil votos menos que Encinas, el cual, recuperó un 5% respecto del 2009 pero no hace milagros. La pérdida de Neza, Ecatepec y otros solamente se confirmó.

En lo general con sus pésimos gobiernos, imagen fraudulenta, divisionismo y alejamiento de los intereses de la población, la izquierda electorera generó un fuerte escepticismo en la población. Se olvidaron de cumplirle a la gente y ahí están las consecuencias.

Tampoco nos dicen los chuchos que ni juntos panistas y perredistas suman los 1.8 millones de votos que obtuvo el PRI no hoy, sino hace 6 años. Además, 400 mil de los nuevos votantes del PRI todo indica fueron panistas resentidos. La derecha vota por la derecha. El sentido de este voto indica que muchos sectores medios no comparten la política calderonista, sobretodo en lo que concierne a su supuesta guerra contra el narco y en menor grado cuestionan su política económica.

En los nuevos electores predominó también el abstencionismo, el PRI fue el único que logró captar parte de este voto.

Todos supondríamos: el PRI hace unos gobiernazos, por eso la gente está contenta. Las cifras sin embargo, nos indican otra cosa.

Siendo el estado de México, la entidad con mayor población, es apenas el segundo lugar en la generación de riqueza anual (9.2% del producto interno bruto –PIB- frente al 17.6% que aporta el Distrito Federal), a pesar de ser la quinta entidad que comparativamente con el PIB, recibe más recursos de la federación. De hecho, el DF, Nuevo León y Campeche son los estados que más aportan y menos recursos reciben y quienes soportan el financiamiento de los demás estados.

Si se dividieran los 13.4 billones de riqueza anual producida (PIB) entre los 112 millones de mexicanos, cada uno recibiría alrededor de 10 mil pesos promedio mensual, que en el DF serían hasta 20 mil y en Edomex, sólo unos 7 mil pesos, lo que da una idea de la precariedad productiva, del comercio y los servicios en la entidad, por debajo del promedio nacional.

Su participación en el sector primario (agricultura y minería) es menor al 5%, un 9.5% en el sector industrial, su mejor tasa y un 9.2% en comercio y servicios. El DF por ejemplo es el 25% en comercio y servicios y un 8% en la industria.

Estos datos nos indican una gran concentración obrera, la entidad mexiquense es dormitorio de millones de trabajadores en la zona noreste, a los cuales no les llamó la atención el programa social que Encinas ayudó a instrumentar en la ciudad de México, muy superior al de Edomex. Los trabajadores absteniéndose o votando por el PRI, su principal verdugo en las últimas décadas.

El control del sindicalimo charro se mantiene férreo, además, si partimos de que la economía informal y la microempresa familiar son los que en la actualidad generan más empleo, ahí también está presente el PRI.

Es cierto que el PAN ha llevado a un extremo salvaje imponer a como de lugar el modelo neoliberal, pero fue el PRI a fines del siglo pasado quien desmanteló el campo y la industria con el tratado de libre comercio, quien impuso los topes salariales, los despidos masivos, la violación de los contratos colectivos, quien propició el éxodo masivo a Estados Unidos de nuestros jóvenes y paradójicamente, quien organiza hoy al sector informal de la economía: nos expulsó de los mejores empleos y ahora nos regentea a través de los líderes de comerciantes en los mercados, las plazas, el transporte, la piratería, etc.

La otra fuente del voto es el clientelismo electoral: a mayor pobreza más barato comprar los votos y someter a la gente. Por eso no les preocupa la crisis, a mayor pobreza, mayor sometimiento. Priístas y panistas a través de la Sedesol o de los gobiernos estatales de manera impune manipulan fraudulentamente el gasto público y fortalecen sus campañas electorales.

La izquierda electorera ha caído también en esta dinámica, se han alejado de sus militancias, han contenido las movilizaciones de descontento en favor de los grupos de interés. Cambiaron la esperanza de la gente por dádivas de poder.

Por eso, ante el desastre de gobierno llevado a cabo por Felipe Calderón, y más allá de resultados sorprendentes de la gestión de Peña Nieto, la gente se aferra a una última ilusión: Que el PRI haya mejorado y no sea tan corrupto. No entienden que son ellos quienes fomentan y controlan las mafias del país y comparten con el PAN un acuerdo central: proteger los intereses y ganancias de las grandes empresas y ante cada asomo de la crisis, como nuevamente ocurrirá estos meses sacrificar a la población.

Hubo acontecimientos que en otras circunstancias hubiesen influido en la contienda, como por ejemplo, la impresión general de que el candidato Erubiel Avila perdió los debates, la fallida aprehensión de Hank Roon que por un lado puso en ridículo a los panistas y por otro, exhibió el lado oscuro del PRI, y las inundaciones por las lluvias en pleno proceso electoral, pero nada ocurrió pese al malestar ante las múltiples promesas fallidas.

Tampoco puede descartarse que ante la poca presencia en urnas, los mapaches se movieron a sus anchas y los resultados están abultados.

Habrá quienes digan que el abstencionismo fue del 57% y a partir de ahí puede organizarse el descontento, esto es una falsa ilusión. Si bien es cierto que el priísmo en Edomex sólo tiene el 25% de consenso para gobernar, con eso les basta. En cambio, organizar ese 75% es un verdadero galimatías para nosotros, traducir el descontento en movilización y organización. El estado de México ya pintó, no hay tal milagro de gobierno, el PRI en el mejor de los casos, aprovecha los errores del calderonato y recurre a las prácticas de siempre para someter a la población.

Por nuestra parte, la izquierda debe reeditarse, nadie iría ni a la esquina con muchos de los actuales dirigentes. Esto implica el surgimiento de nuevos referentes, de nuevas formas de cómo organizar el descontento. Los grupos burocratizados perredistas no son una garantía a nivel metropolitano y mucho menos a nivel nacional.

En la lógica clientelar puede preverse lo que va a pasar: altos niveles de abstencionismo y hegemonía de las burocracias. Si en las elecciones presidenciales de 2012 y las de la Ciudad de México se apuesta al clientelismo electoral, a comprar votos, ya sabemos quién tiene más recursos y experiencia en el tema, hay un riesgo real de que el bastión democrático metropolitano se pierda o divida entre los tres partidos.

A nivel nacional, si no se recupera la esperanza no habrá un voto sólido para la izquierda y retornarán las mafias del PRI. Lo peor es que en un falso radicalismo se llame a no votar, esto aseguraría porcentajes desmesurados para el PRI como recién ocurrió en Edomex. La situación cambia si hay esperanza en la población, difícil de recuperar después de tantos ensayos fallidos. Los elementos sin embargo ahí están: las reformas estructurales que amenazan consolidar el modelo neoliberal en nuestro país, cuando el capitalismo hace aguas por todo el planeta y la crisis se profundiza.

Hay que dolor

Que Virginia tan ingrata

Murió por haber cambiado

Oro macizo por plata

¿Es necesaria una reforma Laboral?

David Miranda*

INTRODUCCIÓN

El sector empresarial sigue insistiendo con su trillada hipótesis de “para lograr detonar el crecimiento del país, son necesarias las reformas laboral y energética”. Hasta la fecha ni los empresarios, ni las autoridades laborales, defensores a ultranza de la “necesidad” de una reforma laboral, han podido demostrar que aprobando las reformas regresivas propuestas por el PRI, por el PAN y por el PRD, se garantizaría un crecimiento económico de nuestro país. Asimismo, malos funcionarios del sector laboral como Lozano Alarcón declaran sin pudor alguno: "Ya pasaron las elecciones y es tiempo de retomar la reforma laboral en el Congreso. Se acabaron los pretextos".

Incluso Francisco Hernández Juárez, Secretario de la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, ha dicho sin rubores que “habrá a como dé lugar Reforma Laboral”. Es decir, la opinión de los trabajadores no les interesa.

Tanto a los empresarios como a las autoridades laborales los mueve un interés que nada tiene que ver con el crecimiento del país, por el contrario, los mueve el interés de grupo por acrecentar las fabulosas ganancias empresariales a costa de la sobreexplotación de la fuerza de trabajo de los obreros.

El crecimiento económico está íntimamente ligado con el mejoramiento de las condiciones de trabajo de los habitantes de un país, con el mejoramiento del poder adquisitivo de los trabajadores. Los trabajadores requerimos de un salario suficiente, tal y como lo norma la fracción VI del artículo 123 Constitucional y el artículo 90 de la Ley Federal del Trabajo. Es decir, se requiere la aplicación pulcra de la actual Ley y no hay necesidad de reformarla. Este es el debate.

Por esta razón consideramos que se necesita una consulta más amplia con los factores de la producción, para que emitan sus opiniones sobre las actuales iniciativas de reforma, tal y como sucedió en 1968, previo a la aprobación de la Ley Federal del Trabajo de 1970. Las audiencias públicas organizadas por la Comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara de Diputados son insuficientes, en virtud de que no han acudido a estas audiencias muchas organizaciones de trabajadores.

El presidente de la Comisión de Trabajo, Tereso Medina Ramírez dijo a los medios de difusión que “El 22 de Julio es la fecha límite que se ha fijado la Comisión para organizar cualquier tipo de reunión o audiencia pública en la materia, por lo que invito a quienes militan en el mundo del trabajo como empresarios, dirigentes de céntrales obreras, académicos y representantes de despachos laborales a que sí todavía tienen algo que aportar soliciten ser agendados a la brevedad”.

Por nuestra parte damos nuestra opinión sobre las iniciativas del PAN, del PRD y del PRI, demostrando que las tres tiene propuestas cuyo contenido solamente beneficiaría a la clase patronal. Asimismo, este trabajo contiene la visión de diversos compañeros militantes de distintos sindicatos de trabajadores, quienes hacemos propuestas sobre algunos aspectos que deberían ser modificados en la actual Ley Federal del Trabajo, pero que con la actual composición de la Cámara de Diputados no es posible operarlas.

Afirmamos que en el actual contexto nacional, para que el país se desarrolle y la clase trabajadora mejore en sus condiciones de vida se requiere la aplicación pulcra de la Ley Federal del Trabajo, a efecto de hacer realidad figuras como la de salario suficiente, el derecho de huelga, etc.

LA POSICIÓN UNILATERAL DE LAS FRACCIONES PARLAMENTARIAS AL PRESENTAR SUS INICIATIVAS EN LA CÁMARA DE DIPUTADOS.

El primer aspecto negativo de las iniciativas de reforma a la Ley Federal del Trabajo, presentadas por el PAN, por el PRD y por el PRI es la manera unilateral en la que presentaron sus propuestas. El PAN y el PRI solamente consultaron a uno de los factores de la producción: al sector patronal. Es de dominio público que estas dos iniciativas prácticamente son el pliego petitorio de organizaciones empresariales como la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), cuyos objetivos es no tener restricciones legales para sobre explotar la fuerza de trabajo de los obreros y trabajadores mexicanos.

En ninguna de las tres iniciativas de reforma se le consultó a la clase obrera mexicana.

En el caso de la iniciativa del PAN, es el pliego petitorio de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX). En el caso de la iniciativa del PRD, solamente consultaron a los secretarios generales de algunos Sindicatos integrantes de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), no a sus bases. La iniciativa del PRI, algunos medios dan cuenta de ello, la elaboraroncinco abogados del sector empresarial, entre ellos los de la COPARMEX los que negociaron con representantes del Congreso del Trabajo y de la Confederación de Trabajadores de México”.

Esto marca una gran diferencia con la forma en que se aprobaron tanto la Ley Federal del Trabajo de 1931 como la de 1970. Vale la pena destacar que para la formulación de la Ley Federal del Trabajo de 1931, el Gobierno Federal en 1928, les dio participación a los actores del proceso del trabajo. La Secretaría de Gobernación convocó a una asamblea obrero-patronal, que se reunió el 15 de Noviembre de 1928. Se elaboró un Proyecto de Código Federal del Trabajo, que fue publicado por la CTM, con las observaciones de los empresarios. Este el antecedente de la Ley Federal del Trabajo de 1931. Dos años más tarde, se redactó el proyecto elaborado por la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo, con el nombre de ley no de código. En el Congreso de la Unión fue ampliamente debatida y modificada, para que fuera aprobado y promulgado con el nombre de Ley Federal del Trabajo el 18 de Agosto de 1931.

En el año de 1960, el presidente de la República, Adolfo López Mateos, designó una comisión para que preparara un anteproyecto de nueva Ley Federal del Trabajo, distinguiéndose entre sus miembros el Doctor en Derecho Mario de la Cueva, les instruyó para que hicieran una investigación y propuestas de reforma a la Legislación del Trabajo. Al inicio de 1967, el entonces presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz, designó una segunda comisión, integrada con las mismas personas que la anterior, con el objeto de que se preparara un segundo proyecto de reforma a la Ley Federal del Trabajo. En el año de 1968 por fin, se concluyó el llamado anteproyecto, enviándose copia a todos los sectores interesados para que expresaran su opinión y formularan las observaciones que juzgasen convenientes.

Los patrones a través de sus representantes, adoptaron una postura totalmente negativa, rechazando todas las normas que se proponían mejorar las prestaciones de los trabajadores. En contraste, los representantes de los trabajadores hicieron observaciones y aportaciones muy importantes al proyecto, con el objeto de mejorar las conquistas obreras y elevar el nivel de vida de los trabajadores.

Como señala el compañero Mario de la Cueva, en su obra El Nuevo Derecho Mexicano del Trabajo, el proceso de formación de la Ley Federal del Trabajo de 1970, prueba que el ordenamiento nuevo no es una obra de gabinete ni es tampoco el resultado de un pensamiento abstracto alejado de la realidad, sino el resultado “de un proceso democrático, de debate libre”. Fue así como se creó la Ley Federal del Trabajo de 1970.

En contraste, las iniciativas de reforma del PAN, del PRD y del PRI, son unilaterales porque sólo consultaron a los patrones y no se consultó a los trabajadores, por lo que en las tres propuestas están ausentes los puntos de vista de los asalariados de nuestro país.

La Ley Federal del Trabajo actual es perfectible indudablemente, y precisamente por ello, los trabajadores nos oponemos y rechazamos las propuestas de reformas que buscan mutilar las conquistas obreras.

ALGUNAS DE LAS FIGURAS REGRESIVAS PROPUESTAS EN SUS INICIATIVAS POR EL PAN, POR EL PRD Y POR EL PRI.

Las razones por las cuáles rechazamos las iniciativas de reforma laboral de las tres fracciones parlamentarias, están fundadas en un análisis objetivo de las propuestas y no en juicios de tipo ideológico. Realizamos un análisis comparativo de la Ley Federal del Trabajo con las tres iniciativas mencionadas. De este comparativo podemos concluir que, sin ser iguales, las tres iniciativas, tienen coincidencias, proponiendo figuras regresivas en diversos artículos, que de aprobarse establecerían condiciones de trabajo similares a las que existían en México en 1931 con la primera Ley Federal del Trabajo, es decir, nos quieren regresar a condiciones laborales de hace 80 años.

Para demostrar esta aseveración, vamos a mencionar algunos ejemplos en donde las tres fracciones parlamentarias proponen figuras que sólo benefician a la patronal.

El PAN y el PRI proponen crear el artículo 15-A, y en él una figura que actualmente es ilegal: la subcontratación. Ambos partidos proponen: “El trabajo en régimen de subcontratación es aquel por medio del cual un patrón denominado contratista o subcontratista ejecuta obras o presta servicios con trabajadores bajo su dependencia, a favor de otra persona física o moral que resulta beneficiaria de los servicios contratados, la cual fija las tareas a realizar y supervisa el desarrollo de los servicios o la ejecución de las obras contratados”. La única condición que establece esta iniciativa para aplicar esta figura es que sea por escrito.

Con esta propuesta los diputados del PAN y del PRI pretenden legalizar la subcontratación de trabajadores sin que gocen de prestaciones laborales, como servicio médico, aguinaldo, prestaciones pagadas y, por último, reparto de utilidades o prima vacacional, prestaciones que de acuerdo a la actual LFT, tienen derecho a recibir los trabajadores y los patrones la obligación de proporcionarlas, sin que sean renunciables o cambiadas.

Cuatro de cada 10 trabajadores asalariados en México carecen de cualquier tipo de prestación social y laboral; desde servicio médico y aguinaldo, hasta vacaciones, reparto de utilidades o prima vacacional, a pesar de que es un derecho obtenerlas. Si la propuesta PAN-PRI se aprobara este escenario se profundizaría y seguramente millones de trabajadores más serían despojados del pago de estas prestaciones, por lo que para la clase trabajadora de nuestro país, es inadmisible esta propuesta.

En el artículo 25 de la LFT, el PRI y el PAN plantean establecer el contrato a prueba. El PRD coincide con esta propuesta, planteándola en un nuevo artículo, el 35 bis. Debemos precisar que el contrato a prueba era una figura existente en la Ley Federal del Trabajo de 1931, y posibilitaba a la clase patronal realizar abusos, en virtud de que contrataban a los obreros por contratos de 30 días, y era muy común que los patrones al día 28 o 29 les rescindían a los trabajadores el contrato para recontratarlos más tarde y así evitar que generaran derecho a planta, es decir, es una figura que establece inestabilidad en el empleo. Por esas razones es que en la Ley Federal del Trabajo de 1970 a petición de los sindicatos de trabajadores los legisladores eliminaron el contrato a prueba.

Permitir que se apruebe esta figura, implica que nos regresen a las condiciones de contratación laboral de 1931. Por ello, rechazar la aprobación de la figura de contrato a prueba en la actual Ley Federal del Trabajo.

Las labores conexas de los trabajadores. La incluye el PRI en el artículo 25; el PRD en el artículo 56 y el PAN la propone en un nuevo artículo 56 bis. Esta propuesta de las tres fracciones parlamentarias tiene el objetivo de acabar con las definiciones de labores de los trabajadores, que sean polivalentes. Como lo reconocen los expertos en la materia, de aprobarse esta propuesta la clase patronal flexibilizarían las funciones de los trabajadores, provocando una disminución en las plantillas de personal y la reducción de salarios, pues un trabajador realizará varias funciones. PAN, PRD y PRI pretenden legalizar la condición de “trabajadores mil usos”, a efecto de que desarrollen amplias labores con un mísero salario.

Pago de salarios caídos. Una de las propuestas más agresivas del PAN y del PRI, es en relación al pago de salarios caídos, cuyo planteamiento lo podemos observar en el artículo 48 de la LFT. El PAN plantea que en caso de que un trabajador gane un juicio, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje autorice el pago solamente de seis meses de salarios caídos. El PRI se porta más “benevolente”, formulando que a los trabajadores nos paguen “salarios vencidos hasta por el término de un año, contado a partir de la fecha del despido”. Esta propuesta tiene el objeto de abaratar aún más la fuerza de trabajo, en virtud de que los juicios laborales que se ventilan en la Juntas de Conciliación y Arbitraje tardan hasta cinco o más años en resolverse.

De manera incongruente, en lugar de proponer figuras para agilizar la resolución de los juicios laborales para que de las Juntas de Conciliación y Arbitraje emitan sus laudos con prontitud, el PAN y el PRI plantean beneficiar a los patrones abaratándole los juicios laborales.

Estas son ejemplos de algunas propuestas regresivas planteadas por el PAN, por el PRD y por el PRI, que tiene el objetivo de beneficiar a los patrones, generar inestabilidad en el empleo y abaratar aún más la fuerza de trabajo. Son algunos elementos en los que basamos nuestro rechazo a la reforma laboral propuesta por el PAN, por el PRD y por el PRI.

¿ES NECESARIO CAMBIAR LA ACTUAL LEY FEDERAL DEL TRABAJO?

La actual Ley Federal del Trabajo tiene aspectos fundamentales que expresan demandas obreras y derechos del trabajo que no deben perderse, porque nos condenaría a regresar a condiciones laborales similares a la etapa del Porfiriato. Los derechos que los trabajadores y los sindicatos debemos defender de la LFT, en nuestra opinión son:

La Jornada de Trabajo de ocho horas establecida en el artículo 61.

La figura de salario suficiente y remunerador para los trabajadores, establecido en los artículo 85 y 90 de la LFT.

El derecho que tenemos los trabajadores de gozar además del salario de prestaciones sea en especie o de cualquier tipo, como el pago de aguinaldo, de vacaciones y de seguridad social, estipulada en el artículo 84 de la LFT.

La obligación de los patrones de proporcionar a los trabajadores capacitación y adiestramiento, de acuerdo a la fracción XV del artículo 132 de la actual LFT. Así como cumplir las disposiciones de seguridad e higiene que fijen las leyes y los reglamentos para prevenir los accidentes y enfermedades en los centros de trabajo.

El derecho de los trabajadores a formar sindicatos, establecido en el 357 de la LFT; el derecho de los trabajadores a redactar sus estatutos y a elegir libremente a sus representantes, es decir, la Autonomía Sindical.

El derecho de los trabajadores a celebrar con los patrones Contrataos Colectivos de Trabajo tal y como lo establece el artículo 387 de la LFT.

La Huelga como una herramienta de los trabajadores para conseguir el equilibrio entre los factores de la producción, tal y como está establecido en el artículo 450 de la LFT.

Estos preceptos son fundamentales para la clase obrera, por lo que cualquier modificación regresiva debe ser inaceptable para los trabajadores. Lo que han hecho las autoridades laborales, tanto la Secretaría del Trabajo y Previsión Social como las Juntas de Conciliación y Arbitraje lo que han hecho es garantizarle a la clase empresarial, a los patrones, total impunidad para violar estas partes de la Ley.

No se requiere que se reforme la Ley Federal del Trabajo, lo que necesitamos los trabajadores es que se aplique la ley. Eso es lo que debería preocuparle y ocuparle tanto a las autoridades laborales de nuestro país, como a las fracciones parlamentarias.

¿QUÉ ASPECTOS DEBEN FORTALECERSE DE LA ACTUAL LEY?

Debemos comentar que en el actual contexto no existen condiciones políticas y legislativas para reformar para mejorar la Ley Federal del Trabajo. Fundamos esta afirmación en los siguientes razonamientos:

El movimiento obrero esta desarticulado, en virtud de que cada sindicato atiende sus problemas gremiales, luchando solamente por aumento de salarios y prestaciones. Un ejemplo claro de esto es que en relación al despido de los trabajadores agremiados al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), los Sindicatos llamados democráticos no han sido capaces de movilizarse organizadamente para lograr que se reinstale a los trabajadores en resistencia del SME. Este ejemplo nos puede dar una idea que porque en este momento no es posible pensar que el movimiento obrero impulse una reforma progresista de la LFT.

La mayoría de los integrantes del Congreso de la Unión está inclinada a la clase patronal, en virtud de que tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores, se legisla para beneficiar los intereses empresariales. El PAN, un partido de extrema derecha, el PRI un partido de derecha y el PRD un partido socialdemócrata que simula dar oposición, para simplemente ver como se posiciona y que canonjías le arranca al Estado. En esta condición, plantear una propuesta de reforma a la LFT es darle la posibilidad a las fracciones mencionadas para cercenar los derechos históricos de los trabajadores y garantizarle a los patrones la sobreexplotación total de la fuerza de trabajo.

Si logramos re articular el movimiento obrero, salir del gremialismo y pasar a la lucha política, para cambiar el régimen económico de este país, entonces si podemos pensar en una modificación de la actual LFT, fortaleciendo los siguientes aspectos: Inspección del Trabajo, poniendo énfasis en la detención inmediata de las labores una vez detectado un riesgo de trabajo, y así evitar homicidios industriales como los que han sucedido en la minería de nuestro país. El fortalecimiento de la Inspección Federal del Trabajo pasa por aumentar considerablemente el número de Inspectores Federales del Trabajo, dado que actualmente solamente hay 375 Inspectores, quienes tienen que inspeccionar más de 800 mil empresas o establecimientos a lo largo del país, lo cual refleja el nulo interés de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social por la integridad y vida de los trabajadores; fortalecer el procedimiento para la revisión de los salarios mínimos generales establecido en el artículo 570, y que cada vez que suba de precio el costo de la canasta básica alimenticia se conceda salario de emergencia a los trabajadores; fortalecer la Autonomía Sindical, en virtud de que tanto los gobiernos pertenecientes al PRI, como hoy los gobiernos del PAN, se han caracterizado por violar la autonomía sindical. Ejemplos hay varios, siendo los más destacados el caso del Sindicato Minero, a cuyo gremio se le impuso un dirigente no electo por la base; el caso de los compañeros del Sindicato de Trabajadores al Servicio de los Poderes de Estado de Querétaro, cuya secretaria general y secretario del interior, no solamente fueron destituidos de sus cargos sindicales, sino incluso fueron separados de su trabajo, de la manera más arbitraria e ilegal por el Tribunal de Conciliación y Arbitraje del Estado, etc. Asimismo, ha sido histórica la intervención de los patrones en la vida sindical de los trabajadores para impedir que se formen sindicatos o bien tratar de imponer dirigentes sindicales “charros” afines a sus intereses y no representantes verdaderos de los trabajadores. Por esos motivos, es necesaria y urgente la modificación de los referidos artículos para frenar e impedir la injerencia tanto patronal como gubernamental, judicial y legislativa en la vida interna de los sindicatos, y que sean en los hechos los trabajadores, los que de manera democrática y autónoma elijan a sus dirigentes, y lleven a cabo sin injerencia alguna su vida sindical.

Por estos razonamientos, esta corriente de sindicalistas hacemos a los trabajadores mexicanos las siguientes PROPUESTAS:

Realización de foros de análisis y debate sobre las iniciativas de las fracciones parlamentarias, con la participación de todos los sindicatos de nuestro país, del sector estudiantil, de abogados laboralistas, etc.

Solicitud de audiencias públicas a la Comisión de Trabajo de la Cámara de diputados, a efecto de debatir las iniciativas de reforma del PAN, PRD y PRI para que sean oídas las opiniones de los trabajadores y de manera bilateral se decida la pertinencia o no de reformar la actual LFT.

Planteamos que no hay condiciones para modificar la LFT, porque las tres iniciativas proponen figuras regresivas, y tienen coincidencias en contrasentido del derecho del trabajo, es decir, establecer figuras que nos regresarían a las condiciones establecidas en la Ley Federal de 1931.

Rechazamos las iniciativas del PAN, del PRD y del PRI, porque ninguna de estas fracciones representa los intereses de los trabajadores. Necesitamos dejar atrás la desarticulación del movimiento obrero y conformar un instrumento político que represente los intereses de los trabajadores, para conformar un frente por la defensa del artículo 123 Constitucional y de la Ley Federal del Trabajo, y a mediano plazo, por el cambio de régimen económico neoliberal y la transformación del régimen político autoritario.

Los obreros mexicanos requerimos organizarnos para combinar el gremialismo y con la lucha política, con el objeto de transformar el régimen económico de México. Esto será posible con la elevación cultural y moral de la clase trabajadora, mediante la difusión del conocimiento científico entre los trabajadores.

* Sindicalista, militante del Sindicato Mexicano de Electricistas. Miembros del Espacio Sindical Clasista de los Trabajadores

El póker del 2012 y el camión de la izquierda

Héctor Mora Zebadúa*

El PRI logró imponer sobre la mayoría de la gente su idea, sus planes para el 2012. Todo mundo le compró el boleto de que las elecciones del estado de México en 2011 eran el laboratorio para el 2012. Según esto, lo que sucediera en el Edo. Méx. ocurrirá en las elecciones presidenciales. AMLO rechazó los coqueteos de Calderón y se opuso a la alianza PRD-PAN. El PRI tuvo pánico, pero al final la alianza no se dio y en lugar de potenciarse mucho o poco la votación de las oposiciones en el Edo. Méx. Sus votaciones se achicaron por la percepción de los electores de que no habría competencia, pues el triunfo era del PRI. Por enésima ocasión el PRI ganó una elección convenciendo a la gente de que iba a ganar.

Desde la noche misma de la elección del Estado de México, al difundirse los resultados, el PRI y sus voceros no paran de insistir en que el resultado de esa elección representa la correlación de fuerzas políticas a nivel nacional y que el resultado se repetirá; como quedaron las cosas en el Estado de México quedarán en 2012 y eso no tiene cambios posibles, sobre todo, dicen esos agoreros del mal, porque quedó claro que ni aliados el PAN y el PRD podrían vencer al PRI, lo cual no es más que una mal intencionada especulación.

Como si se tratara de una partida de póker, los medios de comunicación comerciales que apoyan al PRI, sus supuestos analistas y los mismos canallas del PRI, describen la situación electoral de nuestro país, en camino al 2012, como si Peña Nieto tuviera sobre la mesa una tercia y espera dos cartas, que son, nos aseguran, otra carta igual a su tercia y un comodín. Que AMLO tiene sólo un par, una carta suelta y espera dos cartas y el PAN no tiene ni un par. Así las cosas en la mesa de juego, todo parece indicar que ganará la partida Peña Nieto.

Cuando se analiza la situación con simpatizantes de AMLO bien informados y relativamente cercanos al futuro candidato, en privado admiten que la situación está muy difícil, porque el PRI se ve muy fuerte, que viene con todo y mucha gente lo apoyará, y MORENA no representa una fuerza suficiente para ganar y todavía tiene muchas deficiencias organizativas. Además no es gobernador y la campaña en su contra ha sido muy intensa.

Al tratar el mismo tema con compañeros que reivindican una posición más radical o socialista, pero que no simpatizan con AMLO, de plano dicen: hay que prepararnos para un sexenio de priísmo.

Ambas posiciones coinciden en un dato, con diferencias de matiz, la derrota electoral es inminente o muy probable. Parece que las izquierdas mexicanas están resignadas a cumplir el negro destino que ha inventado para el país el priísmo y sus publicistas. Es como si las izquierdas fuera en un camión en una pendiente hacia una curva bajo la cual hay un profundo barranco, que representaría el proceso electoral de 2012 en las circunstancias actuales. Pero nadie quiere mover el volante porque sería política e ideológicamente inaceptable, nadie esta dispuesto a pisar el freno, porque no hay de otra, hay que seguir adelante y nadie salta del camión porque sería cobarde… en fin, a nadie se le ocurre una alternativa para no ir al precipicio que significaría una elección amañada a favor del PRI y un triunfo y gobierno del PRI… se acepta como una fatalidad inevitable, como la muerte en fase terminal o minutos antes de ser fusilado, ir al precipicio e ir a la elección y perder o no poder impedir o remontar el fraude, que para fines prácticos es lo mismo.

El ánimo conservador y la confusión de las izquierdas llegan al grado de que fue casi un consenso universal el rechazo a la alianza con el PAN, pues era mejor perder con dignidad e identidad que ganarle al PRI aliados con la podredumbre panista…

Volviendo a la metáfora de la partida de póker. De continuar las cosas como están ganará el que tenga el mejor juego, una posibilidad que parece poco probable es que las dos cartas que le faltan a Andrés Manuel sean iguales a su par y así obtenga póker y gane la partida, es decir, que su campaña crezca tanto que opaque a Peña Nieto y supere las maniobras desleales de los medios de comunicación comerciales y el fraude que el PRI hará (el PRI siempre hace fraude en las elecciones, incluido, por supuesto, el Estado de México).

AMLO será candidato, sin importar lo que haga o diga Marcelo Ebrard, que al aparecer apoyado por los chuchos se convierte en automático en enemigo de casi todo el sector que dice desea representar: las izquierdas.

Andrés Manuel propone hacer una consulta, o sea, preguntar a los ciudadanos quién debe ser el candidato de las izquierdas, pero por ser consulta, conservar un amplio margen para que la decisión sea tomada por él mismo.

Por su parte Marcelo Ebrard, que insiste en conservar el calificativo de izquierdista que le endilgo AMLO para hacerlo Jefe de Gobierno del DF, propone que el candidato sea quién tenga el primer lugar en las preferencias de los electores participantes en una o varias encuestas.

Entiendo que el temor o suspicacia de AMLO y sus seguidores es que los chuchos, Marcelo, el PRIAN, las encuestadoras, la mafia de poder, la oligarquía y/o los poderes fácticos intervengan de alguna manera para torcer la voluntad ciudadana y dar como ganador a Marcelo Ebrard.

Lo que no entiendo es cómo se supone que AMLO le ganará a Peña Nieto en la elección constitucional y no es posible vencer a Ebrard en una elección preliminar o una consulta o una encuesta. En mi opinión Marcelo Ebrard carece de imán y popularidad, lo conoce poca gente a nivel nacional. En una encuesta entre votantes de izquierda o totalmente abierta Ebrard no tiene nada que hacer frente a la popularidad de López Obrador, en una consulta o elección interna tampoco podría ganarle a AMLO, ni con el aparato fraudulento de los chuchos y los amalios apoyándolo.

No agotar ese proceso y que AMLO se autoproclame candidato permitiría a los chuchos a Ebrard a los medios comerciales y etcéteras tener otro argumento para seguir atacando sin piedad a AMLO y postular un candidato que divida el voto de izquierda, tal y como lo hizo en 1994 y en 2000 el PT.

Una posible alternativa es que otro jugador pida cartas, pero la ley lo impide tiene que haber una reforma que permita la participación de otro jugador, esto es, que se permitan las candidaturas independientes (sin partido). La participación de otro jugador podría mover el escenario, cambiaría las probabilidades para todos. En este caso la candidatura independiente podría, quizás, concitar tanto apoyo ciudadano que obligara a los candidatos de la derecha y de las izquierdas a declinar a favor del candidato ciudadano, con tal de evitar el regreso del nefasto PRI a la presidencia. Esta posibilidad era improbable, pero el peligro era tan real que el PRI y los otros partidos no aprobaron la reforma política.

Desde la perspectiva de la oposición de izquierda esa reforma era inadmisible porque incluía (incluye) entre otras maldades la reelección de diputados, pero para otros sectores lo rescatable de esa propuesta de reforma eran las candidaturas independientes y mover el escenario para el 2012, que ciertos intereses nos presentan como fijo, sin posibilidades de cambio.

La izquierda de la iglesia católica, que apoya al movimiento por paz con justicia y dignidad, que encabeza el poeta Javier Sicilia, insistía junto con él y a través de él, en exigir esa reforma para poder promover una candidatura independiente que moviera el escenario y posibilitará forzar a las derechas y las izquierdas a hacer una alianza que impida el triunfo fraudulento del PRI. En otras palabras la iglesia católica o un sector de ella intentó (intenta) promover un candidato ciudadano y laico medio de izquierda para evitar el triunfo del PRI. En el año 2000, la misma institución promovió el voto útil que contribuyó al triunfo de Vicente Fox para sacar al PRI de Los Pinos, lo malo es que Fox salió más estúpido de lo esperado y con el PAN el remedio salió casi tan malo como la enfermedad.

El voto útil, fue útil o contribuyó a sacar al PRI del gobierno federal, pero no sirvió para democratizar el país, ni para eliminar al PRI y sí para encumbrar a unos improvisados y corruptos arribistas carentes de cualquier tipo de freno ético.

Los resultados son cuestionables y muy incierto (riesgoso) lo que podría ocurrir si llegará al gobierno un candidato ciudadano. Pero cuando menos la iglesia (su sector de tendencia izquierdista) se propone cambiar el escenario, intenta cambiar las cosas. Las otras izquierdas van camino al barranco de la derrota sin intentar cambiar la situación (mover la dirección, frenar, saltar del camión o todo junto).

Las últimas opciones, creo, serían que alguien llegue a hacer tal desorden que las cartas vuelvan a repartirse y las posibilidades de todos los participantes cambien radicalmente. O que alguien llegue a tirar la mesa del póker y entonces no hay partida. Es decir, que un nuevo actor social irrumpa con tal empuje que modifique radicalmente la correlación de fuerzas políticas, por modificar la percepción de la situación por parte de la mayoría de la gente. O bien que impida esas elecciones, en las que está preprogramado un fraude para que el PRI vuelva a secuestrar al país… Lamentablemente no hay quién haga semejante cosa y las consecuencias de llegar y tirar el juego electoral pueden ser desastrosas.

En cualquier caso, hace falta (¡urge!) que las izquierdas echen a andar la imaginación y superen su conservadurismo para, entonces, intentar modificar la correlación de fuerzas y no llegar a julio de 2012 prederrotados.

* Sindicalista, profesor en el CCH Vallejo