viernes, 17 de junio de 2011

CAMALEONICOS CARROÑEROS


José Luis Govea*

Con la experiencia de habernos anticipado a la muerte, con un canto a la vida, hablando con un pintor, le pregunte lo siguiente: ¿amigo? dígame usted, disculpé si lo incomodo al decirle de repente ¿qué sabe del socialismo, de los hombres de la izquierda?, ¿Acaso algún día ha escuchado que estos también luchan con los pueblos, por sus causas, sus anhelos, sus ansias de libertad y justicia? Me contesto. ─No, señor. Yo siempre he sido albañil de plomería, se un poquito como azulejero, más ahorita tan solo pinto, será por la temporada que me contratan par’eso. ¿Ve aquella casa grandota? Me la chingue yo solito. ─Sin duda su esfuerzo es grande y en lo suyo es erudito, pero vamos comprendiendo, quién lleva más beneficios de todo lo que trabaja, se me hace que son los ricos ─Barájela más despacio. Solamente no se tarde, porque me falta bastante pa’darle al muro en la madre. ─Hay tiene usted que hace tiempo, Carlos Max hizo un invento, le llamó lucha de clases y lo derivó en concepto. Mientras nadie comprendía la causa de los tormentos, los pobres se decían: “mientras más trabajo más miseria”. Don Carlos dijo: “Momento. Si el obrero es quien maneja los medios de producción, ahí’sta la contradicción entre ricos y explotados que “no hay ricos si no hay pobreza” y lleguen a lo que yo, el dinero por sí mismo no tiene ningún valor, porque si el obrero no trabaja en las minas de carbón, el patrón y sus secuaces no tendrían ni pal camión. ─La verdad que no le entiendo, porque yo no soy minero, a luego con mi cuchara bien me gano mi dinero, además ese Don Carlos que usted menciona, la neta no lo conozco, no será que con los nombres se marcan los privilegios, porque ahí esta él ese Salinas y también el de teléfonos. ─Casi me dejas sin habla, pero, a ver, haré otro intento: usted para quién trabaja. ─Yo, para las casas Geo. ─¿Ya lo ve?, usted lo ha dicho. Pero, a ver, píensele un poco, quién es dueño de las casas que hace con sus compañeros, ¿ustedes que las trabajan o esos de las casas Geo? ─Le sigo siendo sincero, a mi me pagan par’eso, la verdad usted está loco y no le entiendo ni papa. Eso de contradicciones entre ricos y explotados me late que es pura chafa. Se me hace que con el choro ese quiere hacer su sindicato con mis compañeros, ¡esa bola de huevones! qué confianza he de tenerles, seguro se vuelven charros y luego luego se venden, ¡eso sí que no señor!, mejor sigo como’stoy. ─En eso tiene razón, la confianza se ha perdido. Porque con tanta traición el obrero tiene olvido, ya no busca organizarse y se encuentra dividido. Pero deje que le cuente un asunto acontecido a ver si con esta historia lo dejo algo conmovido. ─Si sigue en el güiri güiri páseme pa’ca ese bulto, porque a mí el supervisor me descuenta todo junto. Sólo le daré atención por la mano que me ha echado, pues no estoy acostumbrado a hablar de lo que no entiendo, pero si me dice cosas sobre todo de los nuestros, con un poco de paciencia alomejor lo comprendo. ─Está bien lo haré con gusto. El primero de junio de 1906 en Cananea, Sonora, cerca de dos mil trabajadores de la GREN CONSOLIDATED MININ COMPANY, inconformes por los malos tratos y porque sus salarios eran menores que los de sus similares norteamericanos, demandaron trato justo y sueldo igual al de los trabajadores gringos. Al recibir la negativa de la empresa, decidieron ir a la huelga inmediatamente. Se dirigieron a las oficinas centrales a invitar a los empleados de confianza, para que se unieran a su movimiento encabezados por Juan Jara Ríos, Manuel M. Diéguez, Esteban Vaca Calderón y el Yaqui Hutema, entre otros. Sin embargo, a pesar de que iban de manera pacífica, al llegar a la maderería principal, fueron recibidos con una descarga de fusilería. Ante aquella cobarde agresión, los obreros repelieron el feroz ataque con piedras, matando a los hermanos Metacalif y a otro de nombre Burt Bush. Los fusileros que en su mayoría eran norteamericanos, junto con algunos Yaquis, viendo que los huelguistas no contaban con armamento, los persiguieron por las calles de la población, obligándolos a refugiarse en la sierra cercana. En su huida los trabajadores alcanzaron a incendiar cinco depósitos de madera, un depósito de semilla, otro de forraje y el edificio principal. El saldo trágico fue de 23 muertos y 22 heridos por ambos bandos. Fueron los sucesos de Cananea, los que constituyeron el primer chispazo de la Revolución Mexicana.

─Ahora sí amigo, le pido su comentario del relato que le he dicho. ─Primero no soy su amigo, usted está de metiche ya hasta me atrase un montón, de verbo no me mantengo y en cuanto a los trabajadores mineros… ¿de Arizona me dijo? ─Cananea, Sonora. ─Todo lo que hicieron estuvo muy bien, creo que hicieron lo suyo, pero pa’que tanto muerto si todo siguió en lo mismo. Ya ve tanto gobernante que no le cabe el empacho ¡Eso sí, en las elecciones de “lengua me como un plato”! ─Eso es otro tema y ya abuse de su tiempo. Pero siendo usted obrero seguro se siente pueblo. ─Claro que sí, mi señor. Soy de Cerro Azul el Grande y viera en los fandanguitos se pone la cosa padre. Las mujeres de mi pueblo son como la fruta buena, apenas cumplen quince años ya’ndan con la panza llena y allá en el entarimado, el son que mejor le bailo es el que versa en la escena, aquí le doy un ejemplo pa’que vea que no soy menso, buena tarde compañero Santamaría, compañero la Tonanzi Guadalupe. Bueno, pero usted quién es, yo ya le di santo y seña, hasta baile el sonecito, se me hace que es candidato a algo similar, me suena. ─No’mbre no se equivoque porque no soy nada de eso, aunque si me identifico como juglar de mi tiempo. Eso sí estoy muy molesto y no con usted, de veras, sino con esos perversos tan cínicos y siniestros que después de la remadrisa que nos han acomodado ahora andan predicando que se empodere la gente. Así lo viene diciendo el Salinas De Gortari, que esta amenazando regresar con Peña Nieto a la grande, por supuesto. Lo que debemos hacer para evitar que regresen, no es el empoderamiento, sino el encabronamiento y el levantamiento de las masas. El Socialismo es lo que sí libera y dignifica al pueblo, todo lo demás es lo de menos; seguiremos en la necia, aunque haya la desventaja igual que aquel viejo tonto que removió la montaña.

Nota: Nos interesa llamar la atención de los jóvenes, sobre todo de aquellos que no saben lo que fue el priísmo en toda su rigurosidad. La sugerencia es que investiguen, pregunten y piensen para que no los confundan, como muestra ahí están los más de 500 desaparecidos de la guerra sucia, el asesinato de Rubén Jaramillo, Lucio Cabañas, Luis Donaldo Colosio, Ruiz Massiu, las atrocidades cometidas en Atenco, etc., etc.…

*Cooperativista y activista social

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